Que se cuela por la radio y parece que lo cambia todo, inventando para ella la música, es la de Adele Laurie Blue Adkins (Londres, 1988), una perfecta desconocida hasta hace poco en nuestro país, pero con una carrera que comenzó cuando tuvo edad para sostener un micrófono imaginario y ofrecer conciertos privados a su familia en medio del salón.
Quería ser cantante y lo tenía muy claro, le daba igual no tener una figura espectacular o no ir a la moda, ella crearía su estilo propio, inspirado en la poesía de las letras de Jill Scott y Karen Dalton, inspirado en el amor y el desamor.
De hecho, según cuenta Adele en su propia biografía, por ejemplo, «Daydreamer» es la historia sobre un chico del que estaba enamorada, profundamente. «Él era bi y yo no podía lidiar con eso. Todas las cosas que yo esperaba de mi novio, él no las iba a hacer. Me ponía muy celosa de todas maneras. No podía luchar contra los chicos y las chicas. Es un álbum bastante triste, con canciones sobre lo que significa ser engañado y no conseguir lo que uno quiere», explica.
Esa experiencia y otras más fueron las que dieron forma a sus lamentos convertidos en soul, directo y poderoso, totalmente irresistible. No necesitó ninguna campaña publicitaria, ni el apoyo de discográficas internacionales. El sello independiente XL Recordings bastó para canalizar un fenómeno que brotó, en un principio, en MySpace con algunas canciones mezcla de blues, pop, jazz y algo de country.
Así, Adele no se dejó intimidar por la estela de Amy Winehouse o Duffy y en 2008, a los 19 años, se hizo con el premio Brit de la crítica por su trabajo. No contenta con ello, ganó dos premios Grammy en 2009, como Mejor artista nuevo y Mejor intérprete vocal femenina de pop. Además, su disco, 19, alcanzó el número uno en las listas británicas y consiguió el doble platino poco después de salir al mercado.
“Chasing pavements” fue su single de debut y en seguida se le unieron otros como “Hometown glory”, “Rolling in the deep”, “Someone like you” o “Set fire to the rain”, que van camino de vender más de 25 millones de copias totales, algunos de ellos dentro del album 21, que lanzó a principios del año pasado. A ello se suman las ventas de sus tres discos en directo, que han alcanzado su máxima con Adele live at The Royal Albert Hall, publicado el pasado 25 de noviembre de 2011, y está nominada a nueve premios Grammy este año.
«No sé qué va a pasar si mi carrera musical va mal», comenta en su página web Adele. «No he tenido un trabajo propiamente dicho todavía».
De momento, creo que no va a tener problema.