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Miró el reloj y se apresuró a quitar el delantal. Se puso la chaqueta de punto azul marino, cogió las llaves y el monedero y cerró la puerta tras de sí. Subió la cuesta con la respiración entrecortada y al llegar a la gran explanada el griterío de una marabunta la sacó de sus pensamientos. Se acercó a la valla, tardó unos segundos en localizarlo y lo llamó:

-¡Jorge, aquí!

Enfurruñado y arrastrando la mochila por el suelo se acercó.

-¿Cuántas veces tengo que repetir que la mochila tiene que durar otro curso más? ¿Y ahora qué pasa, por qué esos morros?

Sin contestar, el niño se puso a caminar cabizbajo, mientras sorbía los mocos.

-Mírame, ven que te limpio esa cara. ¿Me vas a contar qué ha pasado?

-La profe me ha castigado… por culpa de Luis.

-¿Y tú no has hecho nada?

-No.

-¿Seguro?

-Sí.

Entraron en casa, dejó la mochila en el suelo y corrió a ver a la bisa. A pesar de que hacía meses que parecía que estaba siempre durmiendo, él estaba convencido de que ella seguía entendiendo todo lo que le decía. Cada día corría al lado de su cama a contarle qué le había pasado en el cole.

Su abuela entró a buscarlo:

-Jorge, ve a lavarte las manos. Tienes que merendar.

-¡Voy! ¿Qué hay hoy?

-¡Sorpresa!

Se sentó en una silla ante la mesa de la cocina y balanceando las piernas en el vacío esperó ansioso. Sus ojos se abrieron de felicidad cuando al darse la vuelta la abuela vio que llevaba en cada mano un plato de su famoso flan de queso. ¡Era su postre preferido!

-¿Te gusta?

-¡Sí!

-A mí también. Ahora, creo que merezco que me expliques qué ha pasado en clase, ¿tú qué opinas?

-Que sí…

Dejó limpio el fregadero y secó la loza. Sobre la mesa todavía estaba la hoja donde su hija le había anotado la receta del flan. Le gustaba mucho la página web de Canal Cocina y particularmente las propuestas de Diana Cabrera, ya que en su programa 4×20 proponía menús para cuatro personas que costaban menos de 20 euros. Cogió el papel para guardarlo y sonriendo pensó que esta cocinera, a la que nunca había visto en el canal de pago en el que trabajaba, ya era una más de la familia.

-Jorge, haz los deberes que mamá pronto saldrá de trabajar y te vendrá a recoger.

-¿Puedo hacerlos en la habitación de la bisa?

-Sí, pero no te abalances sobre su cama, ya sabes que tiene que descansar.

-¡Valeeeeeeeeeeeee!

La receta (os la recomiendo porque es muy fácil y sabrosa):

Ingredientes:

-200 gramos de crema de queso de la marca que prefiráis.

-Un cuarto de litro de leche

-Cuatro huevos

-100 gramos de azúcar

-200 gramos de nata para montar

-Azafrán en hebras (con unas poquitas es suficiente)

-50 gramos de azúcar para el caramelo o caramelo comprado.

Preparación:

-Calentamos el azúcar en una sartén a alta temperatura hasta formar caramelo. Vertemos en un molde y reservamos. También podemos usar caramelo del comprado. Si lo hacéis en casa, tened mucho cuidado porque las quemaduras que produce el caramelo son muy dolorosas.

-Infusionamos la nata con el azafrán sin que hierva. Dejamos enfriar a temperatura ambiente, metemos en la nevera al menos una hora para que enfríe todavía más y montamos.

-Batimos los huevos con el queso, el azúcar y la leche. Vertemos en el molde del caramelo y horneamos al baño maría a 160º durante una hora.

-Servimos y acompañamos con la salsa de azafrán montada.