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El beso - Rodin

El beso. Auguste Rodin.

Hay besos que se pronuncian por sí solos

 la sentencia de amor condenatoria,

hay besos que se dan con la mirada

hay besos que se dan con la memoria.

Besos. Gabriela Mistral

A estas alturas del año ya se percibe la invasión. En los escaparates, en la publicidad de radio y televisión y en cualquier página que abras en internet. Las galletas, las camisetas, las tarjetas y las cajas de bombones mutan y se transforman en corazones amorfos, de un color rojo que se incrusta en el cerebro, sin permiso. Ya estamos bajo la influencia del efecto empalago porque a la vuelta de la esquina está el Día de los Enamorados.

Cuentan que Valentín vivía en Roma a finales del siglo III, donde ejercía de médico, hasta que se convirtió en sacerdote. En contra de la voluntad del emperador Claudio II, que prefería que sus soldados jóvenes estuvieran solteros para evitar los compromisos, el futuro mártir y santo casaba en secreto a aquéllos que se lo pedían. Cuando fue descubierto, su desobediencia originaría su detención y posterior ajusticiamiento.

Con el paso de los siglos sería adoptado como patrón de los enamorados y de la amistad. Ahora, su santo se conmemora en la mayoría de países occidentales de una forma consumista y hortera.

Apolo y Dafne - Bernini

Apolo y Dafne. Gian Lorenzo Bernini

Afortunadamente, en medio de este ataque de azúcar masivo, tenemos la oportunidad de conocer historias de amor normales, verdaderas, lejos de almíbares, que huyen del mundo de los osos amorosos que nos quieren vender.

Ayer escuché a lo largo del día a dos hombres contar sus historias de amor en dos contextos completamente distintos. El primero de ellos, tras un desagradable divorcio, se quedó a cargo de dos niños pequeños. Pasaron los años y alguien le presentó a Mercedes. La primera cita a solas la tuvieron en una cafetería de la ciudad en la que viven, ahora juntos. En estos momentos está interesado en vender su colección de cuadros, excepto uno. El que representa ese café que los unió, y que casualmente también fue punto de encuentro para el pintor de la obra y la que se convertiría en su futura esposa. Casualidades.

Cupido quejándose a Venus - Lucas CranachCupido quejándose a Venus – Lucas Cranach

La otra de las historias la escuché por la tarde. En este caso, el hombre reconocía que era una persona obsesionada con su trabajo, al que antepone sobre todas las cosas, incluso a su familia. Conoció a la que ahora es su mujer, María, cuando tenía 17 años, pero no fue hasta mucho después cuando comenzaron a salir. Decidieron casarse, pero ella decidió dar marcha atrás poco tiempo antes de celebrar la ceremonia. Decidió alejarse de él porque lo consideraba demasiado complicado y creía que nunca podrían llegar a entenderse del todo.

Él confesó que sabía que nunca querría casarse con otra, que ella sería su mujer siempre, aunque saltara de relación en relación, como así hizo. Siete años después, un día María lo llamó por teléfono. Se reencontraron y dos meses después se casaron. Y hasta hoy. Él sigue siendo complicado, sigue obsesionado con su profesión, pero reconoce que ella es la única. Y ella así lo ha aceptado.

La venus del espejo - Diego VelazquesLa Venus del espejo, Diego Velázquez

El amor real es difícil. Hay que negociar y llegar a acuerdos para que funcione. En nada se parece a una tarjeta en forma de corazón perfecto comprada para acompañar unas flores envueltas en celofán. Así que pensad que el próximo 14 de febrero seréis afortunados si alguien os quiere por cómo sois. Aunque sea de manera imperfecta.