Las amarene llegan cuando el calor todavía no aprieta, cuando los días se hacen largos y las noches cortas. De color rojo sangre, su piel brillante esconde una jugosa carne. Suelen aparecer de dos en dos, pero caprichosas, también podéis encontrarlas solas. Parecen inofensivas e incluso ñoñas, pero las apariencias engañan. Pueden estar dulces o, como indica su nombre, amargas. Disfrutad de ellas a cualquier hora o premiaros tras un largo día. Probadlas sin miedo a que se conviertan en vuestro capricho.