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Antes de crear “Amarene” con mi compañera, escribía un blog que ahora está navegando solo a la deriva por la falta de tiempo, se llama “Un columpio hacia el cielo” y son instantes de mi día a día, en su mayor parte, que no querría olvidar, contados a mi manera.
Lo empecé a escribir cuando me quedé en el paro por primera vez, después de cinco años trabajando como periodista de cultura y sociedad en un periódico local. Fui una de las afectadas por la primera ola de despidos.
En ese momento, la palabra crisis empezaba a sonar creando cierta inquietud, pero no teníamos ni idea de lo que se nos venía encima.
Por aquel entonces tenía 28 años y no sabía muy bien cómo sobrellevar todos esos días laborables sin trabajo -sobre todo, cuando este es tu pasión-, después de mandar currículos y currículos sin recibir ninguna respuesta.
Tras meses así, cuando la ansiedad me visitaba por las noches, regalándome largas veladas de insomnio y horas tristes, me cabreé con ella y a Dios puse por testigo, que a mí nadie me iba a dominar (como pudisteis ver en otras ocasiones, la rabia, en mi caso, es el factor decisivo que mueve mi vida).
Salí a la calle en busca de cosas qué hacer en A Coruña y la verdad es que una vez que te pones a mirar, encuentras de todo, actividades gratuitas o de bajo coste: iba al cine, al CGAI y al Fórum, por dos euros; a conferencias sobre arte o literatura en el MAC, la Barrié o la Obra Social Novacaixagalicia; a conciertos de música clásica en el Museo de Belas Artes; cursos de manualidades, los viernes por la noche, de Nocturnia, un programa de ocio subvencionado por el Ayuntamiento; jornadas de diversas temáticas en la universidad o en la UNED…
También busqué cursos para mejorar mi formación y me aceptaron en uno de diseño gráfico que solicité a través de la Consellería de Traballo, en el que conocí a personas maravillosas de las que ya hablé en otro artículo.
De todas esas experiencias, me propuse siempre aprender algo y compartirlo en ese blog, pero, en realidad, la mayoría de los post acabaron siendo capturas de esos pequeños instantes que nos hacen felices y que pasan muchas veces desapercibidos. “Bocados de realidad”, como decía el título de aquella película, en los que hay humor, reflexiones, críticas, momentos altos y bajos, desvaríos literarios, sentimientos, aficiones, luchas… Pedacitos de mí.
El objetivo era simplemente entretener y dar ideas a otros que podían estar en una situación similar a la mía y que al menos pudieran olvidarse por un minuto de sus problemas.
Ahora, aunque mis circunstancias han cambiado al aventurarme a emprender, el blog sigue recibiendo visitas, porque casi nada de lo que escribí tiene fecha de caducidad.
Hoy quería hablaros de él, ya que muchos de los personajes que salen allí, aparecen y aparecerán en “Amarene” de vez en cuando: mis padres, los González; mi hermano, el cantante de ópera; mi novio, Israel, alias “Bieito”; mi familia y mis amigos.
¿Y por qué? Bueno, no son ricos ni famosos, son totalmente anónimos, no visten a la moda, viajan más bien poco y su vida es normal y corriente, con muchos más problemas que momentos de suerte, sin embargo, pese a todo, ellos me dan la exclusiva de las mejores historias, únicas e increíbles, las que más me apetece contar.
Os dejo aquí sus cuentos, por si algún día los queréis leer.